PARA LA ORACIÓN

            Está dicho en las Escrituras: “El Ángel de Dios intercede por aquellos que oran y confían en Dios”.
La historia no recuerda que alguien se haya muerto mientras oraba.
Para el hombre que no ora, los comportamientos con Dios están cortados y como de esta manera ya no se comunica con el Señor,  pues viene el mal.
Así que un hombre que no ora se priva, además con seguridad, del olor del Cielo. Y para que no nos privemos de este olor, el Señor nos envía los sufrimientos que nos dirigen a orar y rezar.  Con la oración, pues, se persiguen dos direcciones con un doble objetivo. En primer lugar, que el hombre aspire a Dios; y en segundo lugar, que se unan los espíritus.
Nos hemos reunido aquí, para enviar una ola tan fuerte, que produzca una gran conmoción para el bien de la nación. La oración es un impulso Divino y por eso se dice que oremos en todas direcciones, porque ella tiene influencia en todas las esferas de la vida.
No hay poesía más bella en la vida que ésta, que ores, o sea, que converses con Dios. Orarás sin quejarte. 
No hay criatura viviente en el mundo, pequeña o grande, a cuya llamada Dios no haya respondido. No hay caso en que Dios no haya respondido a una sola alma.
Que ores, esto significa que pienses en Dios. Cada pensamiento para Dios por muy débil que sea, brilla como una chispita en la consciencia del hombre y le añade algo. Si entiendes qué cosa es Dios, o no, no es importante. Pero siempre puedes pensar en Él. Este pensamiento ya te traerá algún bien, aunque sea microscópico. Que pienses en Dios, esto significa que piensas recto.
Esto, lo que deseáis en secreto, Dios os lo dará en público. Cuando digo que todo se os dará, me refiero a los búlgaros blancos. Gente buena son estos búlgaros, un gran futuro les espera.
En todos los casos de la vida, la oración está en vigor para ayudar.
El éxito del hombre depende de esto: hasta qué punto él mantiene el Nombre de Dios puro y santo en su corazón y en su alma.
Si estás enfermo y piensas en este Nombre, tu enfermedad se marchará. Con este Nombre, podéis servirse en todas las dificultades y pruebas de la vida.
Si tenéis alguna dificultad e invocáis el Nombre de Dios, no pasará mucho tiempo y la dificultad se solucionará. Estáis hambrientos, no habéis comido en 3 días. Invocad el Nombre de Dios y dentro de poco, el pan aparecerá delante de vosotros. ¿Cómo ocurre esto? No se dice. Lo importante es que probéis la fuerza del Nombre de Dios. El día que esto ocurra, probaréis mis palabras. Cuando uno pronuncia el Nombre de Dios con Amor, con conocimiento y con fuerza, el pan vendrá y las dificultades se solucionarán.
Dios presta oído a cada llamada, siempre, cuando la oración sale desde la profundidad del corazón.
La ciencia sin oración aburre al hombre; la religión sin oración aburre al hombre; el amor sin oración aburre al hombre; el comer sin oración aburre al hombre. Todo lo que se hace sin oración es aburrido para el hombre.
Mientras no te arreglas con tu hermano, no puedes aparecer delante del rostro de Dios, y al Reino de Dios tampoco puedes entrar. Cuando te encuentras delante del Rostro de Dios, tú debes de perdonar las transgresiones de tu hermano.
¿Cómo debemos de orar?” – Cuando te levantes por la mañana, acaricia tu frente y di:
¡Señor, bendice mi frente y las habilidades que se esconden en ella!
Si no piensas bien, acaricia tu nariz y dirige tu pensamiento a Dios. Si tus ojos miran incorrectamente las cosas, acaríciales también. Si no comes correctamente y no hablas correctamente, orarás por tu boca y la acariciarás. Si no percibes los sonidos puramente, acariciarás tus orejas y orarás por ellas. Después de esto acariciarás tus manos y tus piernas que os sirven bien. Agradeced por las partes que se os han dado en vuestro favor.
Si quieres que el Señor te oiga, debes tener paz y humildad dentro de ti, y aquello que deseas – conocimiento, fuerza, sabiduría, belleza, virtud –  todo adquirirás.
Aunque el hombre fuera puesto en el pilar de la deshonra, si eleva sus ojos hacia el Señor con las palabras: “¡Señor, bendice esta gente!” Esto significa Amor hacia Dios.
Cuando pusieron al Cristo en la cruz, Él dijo: “Señor, en Tus manos encomiendo mi Espíritu. Perdona a esta gente por que están en la ignorancia. Te agradezco por el privilegio que me has dado”.                                                                                  
La oración es conversación, unión con Dios. Puesto que el alma humana desde hace siglos todavía lleva en sí superposiciones, ella no puede entender la Voluntad Divina. He aquí por qué, el hombre debe orar a Dios, para que Él lo purifique, que lo libere de esta carga, que se conozca a sí mismo, que conozca a su prójimo, que conozca a Dios.
En el mundo existe una razonabilidad Divina que vela sobre todos los que se dirigen hacia Ella con fe, y la invocan para que les ayude. Cuanto más grande es tu fe, tanto antes viene la ayuda.
Si confiáis en lo Divino, cada pensamiento vuestro, cada deseo vuestro, se realizará. Cualquier obstáculo que encontréis por el camino, lo vais a superar.
El ejercicio más bello en la vida del hombre es la oración. Por el momento, un ejercicio más bello que la oración, no hay. 
La oración es también una conexión, y el Amor puede llegar al mundo sólo por el camino de esta conexión. Toda nuestra vida debe convertirse en una oración interna, que preparemos las condiciones para que venga el Amor en nosotros. Cada vez cuando Él viene, en nuestra alma aparece la luz, la paz y la alegría.
Para que avancéis, debéis de orar.
El conocimiento y la oración en la mano del creyente, representa una fuerza con la cuál él puede vencer todas sus dificultades y sufrimientos.
El que ora no puede tener una cara burda, sino que será animoso y sano. Solo la oración puede quitar la brutalidad, la cuál está conectada con la impaciencia.
La oración – esto es conversación con Dios –.
            La oración es uno de los métodos más bellos para esclarecer la mente y los sentimientos. La oración debe ser dirigida a esto, que conecte el alma con Dios.
Confía al Señor con todo tu corazón. Confía al Señor con toda tu mente. En todos tus caminos conoce sólo a Dios y Él arreglará tus pasos.
El Amor más pequeño trae sufrimientos. Los sufrimientos dan experiencias. Las experiencias dan conocimientos. El conocimiento produce Sabiduría. La Sabiduría lleva hasta la Verdad.
Que conozcas a Dios significa que sientes Su Amor. Una vez que sientas el Amor Divino, la vida empezará a fluir en ti. Cuando la vida fluya, también encontrarás el camino. Y cuando encuentres el camino, llegarás a la Verdad y entrarás en la vida verdadera.
Si queréis dar vida a lo bueno dentro de vosotros, pensad en Él (en El Señor), ocupaos con los pensamientos, los sentimientos y los hechos buenos, para que ellos vivan en vosotros.
Piensa en Dios, para que llegues a ser perfecto como Él.
Piensa en Dios, para que llegues a ser bueno como Él.
Piensa en Dios, para que llegues a ser benevolente como Él.
Lo bello y lo grande en la vida de cada uno concluye en su gratitud hacia Dios, por lo que se le ha dado.
¿Cómo comprenderéis que habéis recibido respuesta a vuestra oración? - Por aquella interna y silenciosa alegría, por aquella luz interna que os va a ayudar en la solución de todas las preguntas y cuestiones. Algunos reciben inmediatamente respuesta a sus oraciones, otros esperan días, semanas, meses, y otros esperan años. Esto depende de la intensidad de la oración.
La oración excluye la codicia.
Orad no sólo por vosotros, sino por todos. El que piensa sólo en sí mismo, nada va a lograr.
Ora antes de que venga el mal, antes de que te ataquen los bandidos, antes de enfermarte. Ora antes de la desdicha, que tu oración esté dirigida a Dios. Si oras en tiempo de desgracia, tu oración estará dirigida hacia la gente. Cuando los bandidos entren en tu hogar, aten a tu mujer y a tus niños, y empiecen a robar y a romper, tu no tendrás tiempo de pensar en Dios, sino que orarás a los bandidos para que tengan piedad y te perdonen la vida. No hay hombre que no haya orado a bandidos. Ellos aparecen como enfermedades, desdichas, pobreza, etc.
Pero en la oración debéis permanecer hasta entonces, hasta que perdáis la disposición de orar, lo que muestra que a vuestra oración, de una u otra manera – positiva o negativa –, ya se ha respondido. Pero la oración debe de tener un carácter noble por causa de todos los bienes y bendiciones que el Señor nos da.
Que oremos no solo cuando estamos en aprietos, sino constantemente.
Si tienes el deseo de que la gente no sufra, vuélvete hacia el Señor con la petición de que dé una vuelta a aquella punta del Sol, de la cuál se derramará calor para todo el mundo, para toda la Tierra. Una vez que el Señor dé vuelta a ese punto, el calor se distribuirá por toda la Tierra, y todas las criaturas vivientes al mismo tiempo sentirán el calor. Así es como ora el santo para la gente.
Cada mañana vosotros debéis de componer un salmo dentro de sí. El que no compone salmos, él no sabe orar.
No amarguéis el Espíritu con vuestro descontento e ingratitud constantes.
Tened cuidado de como escucháis y qué escucháis, de como miráis y qué miráis.
Pónganse por deber, que miréis bello y que escuchéis el Verbo de Dios, el Cual os habla desde dentro. Todo lo negativo pónganlo lejos de vosotros.
Presten atención sólo a lo agradable y a lo bello en el mundo.
Cuando cometéis pecado, vosotros amargáis a Dios. Por eso, ante todo, el alumno oculto debe librarse de todos sus defectos, para que pueda estudiar correctamente. Esto es necesario para que venga la Sabiduría Divina.
No busquéis mejorar primeramente el ambiente externo. Mejorar el estado de vuestra mente, - esto es lo primero -. La segunda cosa es que mejoréis vuestro corazón y después de esto que seas capaces de mejorar vuestra vida material. Diréis: “Yo amo tanto a Dios, que doy todo en sacrificio para conocerle”.
            Si un alumno que entra en la escuela busca el camino más fácil, de él nada saldrá.
La mente debe de ser fuerte, valiente, decidida, y el corazón debe tener plasticidad, aguante, paciencia. Estas son cualidades que el alumno debe poseer.
Que en la escuela no haya crítica ninguna. La Pureza absoluta, la Luz absoluta, la Verdad absoluta deben de reinar entre vosotros. Éste debe de ser nuestro ideal. Un mismo ideal para todos. El Ideal hacia el cuál debemos aspirar.
Si quieres ennoblecerte, nunca pienses en los errores de los demás.
Nunca demoréis, nunca abandonéis lo que habéis empezado. No tengáis opinión mala de vosotros.
Dí: “¡Yo Soy capaz de hacer esto, Soy capaz!”
El camino por el cuál andaréis, es un camino de trabajo y de constancia.
En la Gran Ciencia Oculta, el hombre siempre debe empezar a trabajar con las fuerzas más débiles. Ellas son las más productivas.
Si tú puedes dar vida a tu impulso más pequeño, tú estás en vigor de hacer cosas grandes.
En la Escuela Oculta nosotros tenemos como meta, primero, que desarrollemos los centros de la fe, de la esperanza y del amor; que desarrollemos la imaginación; que desarrollemos las habilidades matemáticas, las habilidades reflexivas, la mente creativa; que desarrollemos la amistad; que regulemos la vanagloria humana, el orgullo humano; luego poned la yunta a las habilidades ejecutivas del hombre en el trabajo; que desarrollemos el hablar, que lo pongamos en un camino recto para crear las formas correctas de la vida. Éstos son deberes sobre los cuales hay que trabajar.
En la Escuela no se permite mentira ninguna. Pureza absoluta y desinterés, esta es la moral de la Escuela.
Un hombre que no puede hablar la Verdad, no puede ser alumno de la Hermandad Blanca.
¡Mentira ninguna! La mentira por sí misma trae siempre consecuencias malas. Cuando mientes, tú te conectas con todas las fuerzas negativas de la Naturaleza, que van a extraer los zumos de tu vida.
Cada cosa adquirida a través de la mentira desaparece. ¡Temibles son las consecuencias de la mentira!
Habla siempre la verdad, para que no pierdas tu fe, para que no cierres el camino del Amor y de la Luz dentro de ti.
La ley oculta dice así: “No contrarrestes el odio, puesto que cuando lo contrarrestas, tú lo reconoces como realidad, como fuerza”. “No contrarrestes al mal y piensa en el bien dentro de ti”.
Cuando lleguéis a la aplicación de la Ley Oculta, siempre utilizaréis palabras y frases positivas.
Cada pensamiento es fuerte antes de que lo digas.
No hables del Amor. Piénsalo, siéntelo, pero no hables de él.
La felicidad futura y la vida del hombre dependen exclusivamente de su Amor hacia Dios. Si  se somete al amor humano, el alumno se expone a grandes pruebas.
La oración es el ejercicio más agradable, la cosa más bella en la vida. Ella es un método para clarificar los pensamientos, los sentimientos y la voluntad, y para restablecer las comunicaciones rotas con Dios.
La vida es incesante, por eso nuestra comunicación con Dios también debe ser incesante – tanto en la vigilia como en el sueño –.
La causa de nuestras desdichas es que no oramos. En nuestro contacto con Dios hay riquezas inagotables. A través de Él viene la bendición Divina y el fortalecimiento del espíritu.
A veces, la oración de un hombre es capaz de traer el bien a miles de personas. La oración de un hombre es capaz de eliminar miles de desdichas.
Cuando se levanta por la mañana, primeramente, cada ser humano debe pedir a Dios que fortalezca su mente, que introduzca iluminación en su cabeza. Después de esto que ore para que venga la iluminación a su corazón. Y por fin que ore para que se facilite su trabajo durante el día en el mundo físico. Agradece a Dios por el bien y por el mal. Entonces Dios transformará el mal en bien. Cuando clamas al Señor, tú atraerás Su atención.
La fuerza de la oración está en esto, que cuando el hombre ore, ponga todas sus virtudes a trabajar. La oración en la cuál el hombre no esfuerza todas sus virtudes, no es verdadera.
La oración debe incluir en sí las cualidades del Amor, de la Sabiduría, de la Verdad, de la Justicia, de la Virtud, de la Misericordia y de muchas virtudes más. Si vais a Dios con tal oración, vosotros os pareceréis a un árbol con frutos maduros. Si os ve Dios adornados de esta manera, Le será agradable que delante de Él haya un niño razonable que sabe cómo hablar en un lenguaje angelical sublime.
Cada Alma lleva siempre todas sus habilidades, pero las manifiesta solo cuando entra en contacto con el Espíritu Divino.
Así que recordad la siguiente verdad: No hay cosa más grande en la vida del hombre que la oración. Si os dice la gente otra cosa, no olvidéis el significado y la necesidad de la oración, de la comunicación con Dios. Ni el conocimiento, ni el amor, ni la sabiduría en la Tierra, son capaces de compararse con la oración, con la comunicación con la Primera Causa.
Ahora vamos a leer “La Buena oración” y nos dirigiremos hacia Aquel, hacia el Cual todos se dirigen esta noche. Esta oración es común, no sólo para la humanidad, sino para todo el Universo: para todos los ángeles, arcángeles, principados, potestades, fuerzas. Sólo de esta manera pediremos la bendición Divina, para que podamos crecer y desarrollarnos de acuerdo con Su Voluntad:

La Buena oración:

            Señor, Dios nuestro, nuestro benevolente Padre Celestial, Quien nos has regalado vida y salud para que nos alegremos de Ti, Te pedimos, envía Tu Espíritu que nos guarde y proteja de cada mal y astuto pensamiento.
            Enséñanos a hacer Tu Voluntad, a santificar Tu Nombre, y a glorificarte siempre.
            Santifica nuestro espíritu, ilumina nuestros corazones y nuestra mente, que guardemos Tus mandamientos y estatutos.
            Inspira en nosotros con Tu Presencia Tus pensamientos puros, y guíanos, para que Te sirvamos con alegría.
            Nuestra vida, que dedicamos a Ti por el bien de nuestros hermanos y semejantes, Tú bendícela.
            Ayúdanos y colabóranos, para que crezcamos en todo conocimiento y sabiduría; que aprendamos de Tu Verbo y que permanezcamos en Tu Verdad.
            Dirígenos en todo lo que pensamos y hacemos en Tu Nombre, que sea para el éxito de Tu Reino en la Tierra.
            Alimenta nuestras almas con Tu pan Celestial, fortalécenos con Tu fuerza, que tengamos éxito en nuestra vida.
            Y así como nos das todas Tus bendiciones, aplica también Tu Amor, para que sea nuestra ley eterna. Porque a Ti pertenecen el Reino, la Fuerza y la Gloria por siempre.
            Amen.

(dada por el Maestro Beinsá Dunó en 1900)

            “La Buena oración” contiene 10 llaves para atraer las fuerzas Celestiales. “La Buena oración” se compone por 10 llaves para entrar al Reino de Dios. Ella será el símbolo del Nuevo Credo en el mundo. El que diga “La Buena oración”, que sepa, que ésta es un pase; cuando la pronuncies, con ella pasarás a todas partes.

Alguien dice que no quiere orar. La oración no se hace a fuerza – es un privilegio para el hombre que ora –. Aún así, la libertad más grande que es dada al hombre, es la libertad de orar cuando quiere y como quiere. Libre es solo aquél que ora. Un hombre que no ora y una sociedad que no ora, están condenados a la degeneración.
Quien quiere algo del Señor, él debe prometer algo, debe sacrificar algo de sí mismo y lo que promete debe de cumplirlo.
Cualquier sacrificio que piense hacer, él tiene que darlo. No hay caso en el mundo, en el que el ser humano haya cumplido una promesa que ha hecho delante de Dios, y no haya recibido respuesta a sus oraciones.
Cuando un profeta profetiza algo que no se cumple, esto muestra que esta gente a los cuales esta cosa ha sido profetizada, han orado mucho y como respuesta de su oración Dios ha quitado el juicio.
Un sacerdote contaba una experiencia: “Han pasado 50 años de que sirvo al Señor y oro, pero de repente algo desde dentro, me dijo que deje de orar. Me preguntó: “¿Qué has adquirido con tus oraciones?” Me he detenido en mi mismo y empecé a pensar – dice él –: “¿Qué voy a hacer cuando deje de orar?” Le digo: “¡Tú no debes dejar de orar, sino introducir lo nuevo en tu consciencia. Tú debes llegar a ser consciente de que hasta ahora has orado por obligación, como servicio, y ahora orarás por Amor a Dios!”
Recordad, cuando leáis las conferencias o cuando oréis, es necesario que os despejéis de todo lo construido y externo. Con frecuencia, hay fuerzas con dos filos. Sed cuidadosos. El Sol calienta, pero también quema. El agua nos sacia, pero también ahoga; El aire purifica, pero también sofoca. Sed cuidadosos, pensad y trabajad. ¡Tengan en cuenta las cosas pequeñas! El cielo cuando da, también obliga.
El alumno debe hacer muchas pruebas y ejercicios. Que aplique las reglas y los métodos de la ciencia oculta para que se libere de las fuerzas que obstaculizan su desarrollo. Y para que pueda lograr la meta deseable en su vida, o sea, el perfeccionamiento, él debe hacer todo conscientemente, con disposición y aspiración interna. Si hace los ejercicios mecánicamente, formalmente, por letra, entonces, en vez de desarrollar en sí costumbres positivas, él desarrollará costumbres malas o negativas y tendrá resultados contrarios. El hombre aprovecha cada trabajo si lo hace conscientemente y con Amor. Cuando el hombre hace sus ejercicios psicológicos, nadie tiene que observarlo, para que esté concentrado y obtenga resultados de su trabajo. 
Recordad: ¡La única criatura que ama es Dios! Y cuando sufrimos y cuando nos alegramos, Él es el mismo. Y en los sufrimientos es Él, Quien nos habla.
Durante un año, no dejéis pasar ni un solo día sin decir en una y misma hora, una y misma oración, y veréis cuál será el resultado.   
El pensamiento positivo y la fe absoluta son una fuerza potente. Estos son nuestros mejores maestros y sanadores. Ellos nos conectan con las fuerzas del mundo Invisible, las cuales nos ayudan en nuestro aprendizaje.
Si pensáis hacer algo, no paséis inmediatamente a la acción, sino dirigid primero una súplica hacia Dios para que os dé consejo.
En el mundo Invisible hay criaturas razonables, que en cada momento están listos para servir a la gente. Para aquel que se dirige al Señor pidiéndole consejo, cada palabra es una bendición.
Los espíritus luminosos están constantemente entre nosotros, nos siguen para ayudarnos. Ellos ayudan a la gente para que solucionen sus dificultades y contradicciones. Es suficiente que los invoques en el Nombre del Amor Divino, para que se nos descubran.
La oración se acepta por el Espíritu, y Él la transmite a Dios. El Espíritu, esto es la jerarquía.  Aunque vuestras oraciones no son perfectas, son aceptadas por las criaturas angelicales luminosas, que las transforman y las envían a Dios transformadas ya. ¿Cuándo una oración se escucha? – Cuando el hombre completamente dedica su mente, su corazón y su voluntad a Dios – en los tres mundos.