El hombre y la mujer

La mujer y el hombre son escalones a través de los cuales aprendemos como vivir con Dios. La mujer es el signo menos y el hombre el signo más. Pero la manifestación verdadera aparece siempre en los signos negativos, la corriente va siempre de más a menos. Las mujeres ahora traen la cultura. El hombre es alfa, y la mujer - la omega de las cosas -, ahí está dirigida toda la energía.

Dos mujeres pueden vivir con un hombre solamente cuando una se niega a sí misma a favor de la otra.

El hombre es la condición para la elevación de la mujer, y la mujer es la condición para la elevación del hombre. La mujer busca en el hombre una creatura superior del mundo Divino. El hombre debe de llegar a ser un conductor del espíritu, porque la mujer busca en el mundo el espíritu. El ideal de la mujer es el espíritu; y el ideal del hombre es el alma.

Vosotros experimentáis el amor verdadero y os sentís animados cuando encontráis una mujer que tiene espíritu y alma, mente y corazón. El hombre debe de inspirarse cuando encuentre tal mujer.

Si la mujer puede mejorar el carácter de su marido, ella tiene amor. Si el hombre hace lo mismo con su mujer, él tiene amor.

Nunca la mujer debe de llorar delante de su marido, ni tampoco el hombre delante de su mujer.

“Жена (Zhena - Mujer)” de la palabra sánscrita “zheo” significa “живот (zhivot - vida - en búlgaro)”. „ Мъж (müzh - hombre)” proviene de la palabra Sánscrita “manas” que significa “creatura que piensa”.

¿En qué consiste la valentía?, Yo llamo hombre a aquel que puede ponerse al lado de los débiles. Yo llamo mujer solo a aquella que puede vendar las heridas de los sufridos.

El hombre puede erigir a su mujer pero no con fuerza. La mujer puede erigir a su marido pero no con palabras. La mujer puede erigir al hombre con Amor, y el hombre puede erigir a la mujer con Sabiduría.

La mujer debe tener libertad pero con la condición de que pueda utilizarla para edificar sobre ella la felicidad y la salud de su marido. Si una mujer no es libre, su marido no es feliz.

Si el hombre piensa que puede imponer un cánon sobre una mujer, él se engaña. Y si la mujer piensa que puede imponer cualquier cánon al hombre, también se engaña. Tanto el hombre como la mujer, siempre permanecen como han nacido. Una mujer buena nace buena, y un hombre bueno nace bueno.

Si el hombre habla la verdad, la mujer no dudará en él.

La mujer es el polo opuesto del hombre. El hombre puede verse a si mismo objetivamente solo en la mujer. Y la mujer puede verse a si misma objetivamente solo en el hombre. El hombre es el espejo para la mujer, y la mujer es el espejo para el hombre. Si se entiende así el ser humano, entónces los hombres y las mujeres no se van a tentar y no estarán descontentos unos de otros.

El hombre y la mujer se unen para que se desarrollen. El casamiento es necesario para que se desarrolle tanto el hombre como la mujer, que adquieran cualidades nuevas y que estudien las leyes. Si el hombre pega a una mujer, entónces vendrá la gran serpiente – la mujer astral y le va a dar tal lección, que él lo recordará muchos años por delante.

¡Si los hombres y las mujeres se unen en el nombre de aquellas leyes que existen en la naturaleza, ellos podrán transformar el mundo!.

El hombre representa el cerebro central en el ser humano, a través del cuál está conectado con el mundo externo. La mujer representa el plexo solar a través del cuál está conectada con el mundo interno, o sea, el mundo Divino. El plexo solar tiene relación con todo el universo, y es por eso que la mujer está más cerca del mundo Divino que el hombre. Lo que el hombre percibe a través del plexo solar o a través del sistema nervioso simpático, es más cierto que aquello que percibe a través del cerebro central.

La mujer debe ser mas fuerte en el mundo astral, y el hombre debe ser más fuerte en el mundo mental. Cuando entra el amor del hombre, la mujer debe de sentir como que si fluye un fluido fresco y agradable desde él hacia ella, después de que ha sido calentada en su calor. Bajo el calor de la mujer todo crece y se desarrolla. Para que se entienda y se aplique el amor se requiere una frescura donde los frutos no se estropean.

Si la mujer mira la vida como una manifestación divina, ella no se va a sentir limitada y solucionará sus cuestiones corresctamente. A tal mujer ningún hombre puede limitar.

La mujer no debe de buscar el amor del hombre. Ella misma debe de ser una fuente de la cuál el amor fluya. ¡Que sea ella la que ama, no hay porqué esperar que sea amada!

Hoy día la gente teme de las pequeñeces. El hombre teme que la mujer lo abandonará, y la mujer teme que el hombre la abandonará. ¿Por qué temen?, ¿Quién es el que los ha conectado? Solamente la conexión del amor es eterna e indivisible. Si estáis conectados con el Amor Divino, ninguna fuerza en el mundo es capaz de destruir esta conexión.

Cuando se unan el hombre y la mujer para vivir juntos, uno de ellos debe de ser el maestro, y el otro el alumno. ¡No luchéis por el liderazgo! Si el hombre tiene vibraciones que pueden elevar la mente de la mujer, que ella le dé el sitio del maestro, y que no diga: “¡A mi no me gusta obedecer!”. Que obedezcas significa que recibes la energía y que trabajas con ella. ¡Esto es cultura!.

De gran importancia es el tipo de persona que te ama. Si te ama un hombre ordinario, tú también llegarás a ser ordinaria. Si te ama un hombre talentoso, tú también llegarás a ser talentosa. Si te ama un genio, tú llegarás a ser un genio también.

El hombre quiere a su mujer mientras ella está sana y bella, una vez que se enferma y pierde su belleza él deja de quererla. Lo mismo se refiere a la mujer. Es digno y honorable que ames a un hombre pecador y feo. El fuerte puede amar a toda la gente, y es capaz de darle impulso hacia el bien y lo bello en el mundo.

Qué extraña es la gente que dice que algún hombre anda con alguna mujer. Y si anda ¿qué?. ¿A vosotros ¿qué os molesta esto?. El Señor les ha hecho que anden. Si el Señor les ha dicho que se quieran, yo estoy a su lado. Lo correcto es esto: que no os entrometáis en cosas ajenas.

Si el hombre tiene energía en exceso, que la dirija hacia otra mujer, pero razonablemente, y si la mujer tiene en energía en exceso que la dirija hacia otro hombre, pero digna y razonablemente. El intercambio es necesario.

Cuando el hombre quiere a una mujer, esto es un regalo de Dios para él, y una bendición de Dios para ella.

Si un hombre y una mujer se quieren, en el mundo Divino ya les han casado, independientemente de si en la tierra tienen algún documento o nó. Para el mundo invisible, es importante si aguantará el amor del hombre, si lo guardará hasta el final o lo perderá después de uno o dos años.

Si no hay hombre y mujer, no puede haber ser humano tampoco. Por eso cada uno busca a su pareja. Buscarás a tu pareja por todo el mundo, y cuando la encuentres te casarás con ella. Este es el casamiento, este es el hombre entero.

La mujer debe llegar al frente de la vida para salvar el mundo. El hombre predica, pero la mujer debe de realizar aquello que el hombre predica para que se salve al mundo.