SEIS EJERCICIOS

El primer ejercicio

Posición inicial:
Las manos sueltas, las piernas juntas y la postura recta.

Fórmula antes del ejercicio:
“Señor, que venga Tu bendición sobre mí”.
Mentalmente decimos: “Entro en conexión con lo Divino dentro de mí y estoy de acuerdo con la Prudencia de la Naturaleza”.

Las manos se elevan a los costados hacia arriba, recorriendo amplios medios círculos que terminan sobre la cabeza con los brazos estirados y las puntas de los dedos se tocan suavemente. El pie derecho hace un paso hacia atrás, las manos se bajan por delante como si fueran derramando luz sobre el cuerpo y justo con esto se pone de cunclillas y las manos llegan hasta la tierra. Al mismo tiempo la rodilla derecha apenas toca la tierra. Lentamente el cuerpo se levanta y las manos suben por delante y hacia arriba paralelamente con las palmas hacia arriba como recogiendo algo. Cuando nos erguimos ellas regresan a la posición inicial sobre la cabeza. Después la pierna izquierda hace un paso hacia atrás y se repiten los mismos movimientos. Luego la pierna derecha hace un paso hacia atrás y se hacen los mismos movimientos. Después el pie derecho da un paso hacia delante y de nuevo se repiten los mismos movimientos. Esto se hace 3 veces hacia atrás y 3 veces hacia delante. Después del tercer paso hacia delante y el levantamiento, el pie izquierdo se pone junto al pie derecho, las manos descienden delante de la cara y hacia abajo tomando la posición inicial.

El primero de los 6 ejercicios trae tranquilidad y equilibrio. Tu quieres ser amo de ti mismo, pones la mente, el corazón y tu voluntad en servicio a Dios. Desciendes a la tierra para trabajar. Luego de nuevo te levantas para recibir del Cielo. En este ejercicio entras en conexión con lo Divino dentro de ti y estás de acuerdo con lo Razonable en el mundo.

La primera formula de cada ejercicio se pronuncia así: primero la mano derecha se dobla en el codo y se levanta como cuando saludamos  a alguien, y en esta posisión se pronuncia la formula en voz alta.
También es bueno que la respiración siempre se haga en sintonía con los movimientos del cuerpo y de las manos. O sea, cuando el cuerpo y las manos descienden se exhala, cuando se levantan: se inhala. Y cuando el cuerpo y las manos permanecen levantadas por un instante, el aire se detiene. 
Es recomendable seguir esta regla durante todos los ejercicios.

 


El segundo ejercicio:

Posición inicial:
Las manos sueltas, las piernas juntas y la postura recta.

Fórmula antes del ejercicio:
“Señor, que se llene mi alma con el Amor Divino”.
Mentalmente decimos: “Entro en conexión con la Naturaleza, recibo de ella y lo transmito a la Tierra. Estoy de acuerdo con el Amor”

Se levantan las manos por los costados hacia arriba por encima de la cabeza estrechandose y tocandose suavemente con las puntas de los dedos. El pie derecho da un paso hacia atrás. Lentamente se pone de cunclillas. Al mismo tiempo las manos se bajan paralelamente recorriendo un medio círculo amplio con las palmas hacia delante y hacia abajo hasta tocar la tierra. Al mismo tiempo, la rodilla derecha toca la tierra. Luego las manos se levantan como si fueran recogiendo algo hacia dentro. Junto con esto, el cuerpo se levanta lentamente y al mismo tiempo, las manos con las palmas hacia arriba, se mueven por delante del cuerpo como si hubieran recogido algo y  mientras nos levantamos ellas van paralelamente hacia arriba por encima de la cabeza tomando la primera posición con las puntas de los dedos tocandose suavemente. Haciendo los mismos movimientos, se dan tres pasos hacia atrás y tres hacia delante. Después del tercer paso hacia delante y el levantamiento, el pie izquierdo se pone junto al pie derecho. Las manos se abren y se bajan recorriendo amplios medios círculos cada una, con las palmas hacia abajo hasta tomar la posición inicial.

En el segundo ejercicio entras en conexión con la Naturaleza, tomas algo de ella y lo transmites a la Tierra. En este ejercicio tu estás de acuerdo con el Amor.

 


El tercer ejercicio:

Posición inicial:
Las manos sueltas, las piernas juntas y la postura recta.

Fórmula antes del ejercicio:
“Que crezca en mí la Justicia Divina”.
Mentalmente decimos: “Estoy en unión con el Mundo Invisible”.

La mano derecha hace un medio círculo amplio, primero hacia atrás, luego hacia arriba estrechándose fuertemente y sigue así hacia arriba y hacia delante hasta llegar a una posición de 45 grados. El pié izquierdo dá un paso hacia atrás, se pone de cunclillas suavemente y con esto la mano derecha desciende y se pone sobre la rodilla derecha en el mismo momento cuando la rodilla izquierda toca suavemente la Tierra. La mano izquierda está al lado del cuerpo con la palma extendida y las puntas de los dedos tocan suavemente ta Tierra. El cuerpo se levanta lentamente. La mano derecha se pone a los costados del cuerpo tomando la posición inicial. Luego la mano izquierda va hacia arriba y el pie derecho hacia atrás. Se repiten los mismos movimientos pero esta vez con la mano izquierda. Se dán tres pasos hacia atrás y después tres pasos hacia delante.

En el tercer ejercicio, una de las dos manos se deposita sobre la rodilla. La rodilla es el sitio del bien. El ángulo que se forma entre el muslo y la espinilla donde se encuentra la rodilla, muestra la unidad con el Mundo Invisible. Lo que está escrito en tu mano, tú lo pones sobre el bien como base, o sea sobre la rodilla.

 


El ejercicio cuatro:

Posición inicial:
Las manos sueltas, las piernas juntas y la postura recta.

Fórmula antes del ejercicio:
“Te serviré Señor con toda mi alma”.
Mentalmente cuando las manos van hacia izquierda decimos: “Expulso la desarmonía de mi corazón hacia afuera”. Hacia la derecha: “Expulso el malestar de mi mente hacia afuera”.

Las dos manos se levantan paralelamente estrechándose hacia delante hasta alcanzar la posición horizontal, con las palmas hacia abajo. El pié derecho se desplaza hacia atrás y las manos van a la derecha quedándose paralelas. Después se pone de cunclillas lentamente y la rodilla derecha toca suavemente la Tierra, entónces el cuerpo empieza a levantarse y las manos hacen un movimiento semejante al de la siega con la hoz. Cuando el cuerpo desciende las manos bajan junto con él, y cuando el cuerpo se levanta, las manos suben junto con él, haciendo un movimiento contínuo hacia la izquierda. Al levantarse, el pie derecho está todavía hacia atrás, y las manos paralelas y horizontalmente hacia la izquierda. El peso del cuerpo está sobre el pie derecho. Después de esto, el pie derecho dá un paso hacia atrás, se pone de cunclillas, tocando suavemente la tierra con la rodilla y de ahí lentamente empieza a levantarse. Al mismo tiempo las manos hacen el mismo movimiento pero esta vez hacia la derecha, así se dán tres pasos hacia atrás y tres hacia delante. Después de esto, el pie izquierdo se pone junto al derecho, las manos se abren hacia los lados horizontalmente y de ahí se bajan. Es importante saber, que cuando las manos y el cuerpo descienden se exhala, mientras que cuando suben se inhala, y cuando se encuentran en posición horizontal las manos se detienen junto con el aire durante un poco de tiempo antes de empezar el siguiente movimiento a la dirección contraria.

El cuarto ejercicio nos enseña como trabajar, como servir. Todo lo desarmónico en el corazón lo expulsas hacia fuera cuando las manos van hacia la izquierda. Todas las inquietudes en tu mente, las expulsas hacia fuera cuando las manos van hacia la derecha.

 


El quinto ejercicio:

Posición inicial:
Las manos sueltas, las piernas juntas y la postura recta.

Fórmula antes del ejercicio:
“Señor, me alegraré de Tus bienes”.
Cuando el pie derecho hace medio circulo alrededor del izquierdo, decimos mentalmente: “Estoy equilibrando mi corazón”.
Cuando el pie izquierdo hace medio círculo alrededor del pie derecho: “Estoy equilibrando mi mente”.

Se abren las manos hacia los lados con las palmas hacia arriba y de esta posición se doblan los antebrazos haciendo medios círculos hasta tocar con las puntas de los dedos los hombros y se quedan así durante todo el ejercicio. El pie derecho se desplaza hacia delante y de ahí hace un medio círculo hacia atrás alrededor del pie izquierdo cruzando la línea media y tocando por un instante con la punta de los dedos la tierra del lado contrario detrás del cuerpo. Este medio círculo se hace tres veces seguidas con el mismo pie. La tercera vez después de tocar la tierra detrás del pie izquierdo, no vuelve a la posición inicial sino que se desplaza dando un paso hacia atrás y lentamente se pone de cunclillas hasta que la rodilla derecha toca suavemente la tierra. Permanece por un momento en esta posición y después el cuerpo comienza a levantarse. De esta manera, se dan tres pasos hacia atrás y tres pasos hacia delante, tras lo cuál el pie izquierdo se pone junto al derecho. Entónces las manos se abren hacia los lados trazando amplios medios círculos con palmas hacia abajo hasta la posición inicial. Cuando el cuerpo y las manos descienden, el aire se exhala, cuando sube se inhala, y cuando los pies hacen medios círculos, el aire se detiene.

Cuando permaneces sobre el pie izquierdo y el pie derecho se mueve alrededor del izquierdo, se equilibra tu corazón. Así se despierta el corazón a través de la mente. Cuando permaneces sobre el pie derecho y el izquierdo se mueve alrededor del derecho, se equilibra la mente (trabajas con tu mente). Con esto se despierta la mente a través del corazón. De esta manera,  tocando la tierra consecutivamente con el pie derecho e izquierdo, se produce el equilibrio del corazón y de la mente. El hombro es el sitio del mundo angelical. Cuando el hombre pone sus manos a los hombros, esto muestra una conexión con el mundo de los ángeles.

 


El sexto ejercicio:

Posición inicial:
Las manos sueltas, las piernas juntas y la postura recta.

Fórmula antes del ejercicio:
“Andaré en el Camino de la Verdad”.
En la primera exhalación fuerte decimos mentalmente: “Señor, que venga Tu Espíritu para purificarme”.
En la segunda exhalación débil: “Señor, que venga Tu Espíritu para bendecirme”.

Posición inicial como en el pimero. El pie derecho dá un paso hacia atrás y se pone en cunclillas, tocando suavemente con la rodilla derecha la tierra. En este momento los antebrazos se flexionan delante de los pechos , con palmas paralelas y dedos dirigidos hacia delante. Después de esto, las manos se dirigen hacia delante con fuerza, mirando una hacia la otra y  con palmas paralelas también. Junto con este movimiento, se sopla fuertemente pronunciando ruidosa y cortamente el sonido “JU” y luego las manos vuelven a la primera posición delante de los pechos. Este movimiento se repite 6 veces junto con el sonido.. Después de esto, las manos se ponen delante de la boca y se juntan las puntas de los pulgares, de los índices y de los dedos medios, mientras que los dedos anular y menique permanecen extendidos. Luego los brazos se abren hacia los lados con las palmas dirigidas hacia fuera, estrechando todos los dedos. Junto con este movimiento se hace un suave soplo con el cuál apenas se oye el sonido largo “JJJJJJJJ”. De nuevo las manos vuelven delante de la boca con palmas hacia dentro y los tres dedos se unen otra vez. Todo esto se repite 6 veces. Después de la última vez, las manos se quedan a los costados horizontalmente con palmas hacia abajo, el cuerpo se levanta, el pie derecho se desplaza hacia el pie izquierdo y las manos se bajan hasta la posición inicial.

Con el primer soplo purificas tu mente. Esto es un proceso eléctrico. Con el segundo soplo purificas tu corazón. Este es un proceso magnético.